Entre la multitud de cuestiones que deben abordarse en la organización del gran día, una que resulta especialmente importante y que a menudo se deja para el último lugar, es el maquillaje de la novia. Y es que, un vestido no luce igual si no va acompañado de una mirada y sonrisa radiantes.

Aunque cada vez son más las mujeres que deciden, por sus conocimientos o manejo con el maquillaje, realizarse ellas el look que deseen lucir en su boda, dejarlo en manos de un profesional puede quitarnos una preocupación de encima, especialmente teniendo en cuenta que el día señalado nuestro pulso probablemente se adecue más para tocar la pandereta que para hacernos el delineado. Además, los maquilladores cuentan con productos que, además de ser ideales para las fotos, constan de una duración más propicia para el no parar de besar, llorar, comer y bailar que nos espera el día marcado.

El tipo de maquillaje dependerá mucho del estilo de la novia y de su vestido; mientras que unas eligen un maquillaje sencillo y natural, con tonos neutros y con aspecto fresco, otras optan por impresionantes ahumados y maquillajes de noche propios de estrellas de cine. Independientemente del estilo escogido, y sea una misma la que se maquille o un profesional, es conveniente guiarnos por unos tips básicos para lucir la piel radiante y no desentonar en un día tan importante.

Si la piel es propensa a tener brotes de acné, es conveniente visitar unos meses antes al dermatólogo para que llegado el día de la boda se vea más fabulosa que nunca. Cambiar el cuidado de la piel con poco margen de tiempo puede ocasionar que esta no se adapte al cambio y se produzca un efecto rebote. En el caso de las cejas, para evitar las poco atractivas protuberancias rojas, es aconsejable depilárselas 5 o 7 días antes de la boda, preferiblemente al programar el maquillaje.

Llegada la mañana de la boda, la cara debe limpiarse e hidratarse en profundidad, así como aplicar crema hidratante, preferiblemente sin aceite si la piel es grasa.

A la hora de elegir la base de maquillaje, importantísimo que ésta sea la de nuestro tono de piel, ya que no puede existir ningún tipo de corte entre el rostro y el resto del cuerpo. Antes de aplicar la base, es conveniente utilizar un ‘primer’ que reduzca poros de la piel, unifique el color y logre que el maquillaje dure mucho más tiempo. Actualmente las opciones en este campo son casi infinitas. Para contornear el rostro, aplicaremos uno o dos tonos más oscuros en las zonas que deseemos marcar, como los pómulos o el contorno de la nariz y la cara, y con tonos más claros que el nuestro daremos luz a las mejillas, al centro de la nariz, la frente, al arco de Cupido de los labios y la barbilla.

En el caso del colorete, mandan los tonos lo más naturales posibles, aunque puede utilizarse una base de un tono parecido a la piel y encima cubrir con uno más oscuro, ya que el flash de las fotos tiende a ‘comerse’ el color.

Para conseguir una mirada que atrape la atención de los invitados, además de utilizar productos resistentes al agua, podemos tener en cuenta el color de los ojos y del cabello. A las morenas las sombras en tonos rosas, cafés, dorados, corales, verdes y vainilla le realzan sus atributos naturales, mientras que a las rubias les favorecen más los tonos más fríos como el azul, el negro, los grises o plateados y los violetas.