Hay bodas que hacen ilusión y otras que resultan indiferentes. Es más, preferirías que directamente no te invitaran. Pero te invitan, porque en la actualidad en muchas bodas está presente el “compromiso de invitar a”. ¿Cómo rechazar la invitación de esa boda a la que no te apetece nada ir? Lo suyo es acudir a la amiga sinceridad, pero si no tienes mucha confianza con la persona o no quieres que se moleste, puede tirar de una mentirijilla piadosa que te ayude a salir bien del lío.
Ante todo evita exagerar o mentir descaradamente, la excusa tiene que ser creíble. Nada de “estoy enamorado de tu futuro marido/mujer”; “me han ingresado en el hospital”; o “no me gusta ir a celebraciones multitudinarias”. Algunos lumbreras se pasan y sueltan perlas del tipo “soy ex-alcohólico y no debo asistir a eventos con tanto alcohol gratuito”; o “no soportaría ver cómo te casas con otro porque hace años que estoy profundamente enamorado de ti”. ¡La excusa tiene que parecer realista, señores! A ver si luego te va a pillar sano como una rosa en la playa, de fiesta en pleno sábado noche en una discoteca o ese novio/a resulta que sí está enamorado de ti y te cargas un futuro matrimonio con la tontería.
Existen multitud de excusas, y sencillas, que son bastantes recurrentes para rechazar la invitación a una boda, en especial si te supone un compromiso. Si le añades a esa típica mentira piadosa un toque ingenioso y personal, probablemente parezca veraz, como estas:
- “Lo siento, pero tengo un viaje programado desde hace meses que justo cae en ese fin de semana”.
- Asistir a una boda supone un gasto importante, por lo que en estos tiempos de crisis funciona bien, y es creíble el “no me va bien económicamente ir a una boda”.
- “Ese fin de semana me toca trabajar”.
- O “ese día tengo otra boda/ bautizo/ comunión”.
- “No me gustan las bodas, prefiero celebrarlo en otro momento contigo”.
También hay otras excusas de ámbito familiar o personal que te pueden ayudar a salir airoso de la situación, pero precaución a la hora de elaborar tu excusa, que no te pillen.
- “Mi hijo/ madre/ pareja está enfermo y tengo que quedarme a cuidarlo.”
- “Me ha surgido un compromiso familiar y tengo que viajar para resolverlo”.
Estas dos no las podrás usar hasta que esté bien cerca la fecha de la boda:
- “No tengo con quien dejar a mis hijos ese día.”
- “No me encuentro muy bien, he estado toda la noche con vómitos y fiebre. No quiero pegarte nada el día de tu boda”.
¿Qué te parecen estas formas de decir “no” a una boda? ¿Te has visto en esta situación? ¿Cómo has actuado, con sinceridad o con excusas? Comparte tu experiencia en los comentarios.
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Nunca he tenido problema para no asistir a una boda . Tenía una tienda de modas en la que realizaba vestidos de ceremonia el público era bastante conocido y asiduo al local , por lo que solía ser invitada a la Malloria de estos eventos . Mi respuesta era… ……
Te he vestido para la boda si yo asisto no puedo ir mejor vestida que tu pero tampoco puedo ir peor por lo tanto tu entiendes que es mejor que no asista .
Y así todo quedaba perfecto.