Desde la antigüedad, y hasta no hace muchos años, la duda de si llevar velo o tocado estaba clara: las novias debían ir con velo hacia el altar, y a ser posible que le cubriese el rostro. No había otra alternativa, algo que hoy en día ha cambiado por completo.

Llevar velo ha dejado de ser una cuestión meramente religiosa, y al igual que ocurre con los tocados, ha pasado a llevarse como un complemento por motivos estéticos. Por lo tanto, te cases por lo civil, o por la Iglesia, llevar velo o tocado es meramente opcional y existen infinidad de modelos por los que dejarse seducir.

Tipos de velos

El velo que se escoja dependerá básicamente de dos cuestiones; el gusto de la novia y el tipo de vestido, ambas cosas muy ligadas entre sí. Si el vestido consta de muchas elaboraciones, apliques y adornos, conjuntará mejor con un velo sencillo, y por el contrario, si optamos por un vestido más simple, los velos más elaborados y con más detalles serán el complemento perfecto.

Velos largos

Para todas aquellas que quieran que su velo capte todas las miradas, los velos largos son una opción a tener muy en cuenta. Entre ellos, el premio al más largo se lo lleva el velo catedral. Estos velos son los preferidos para novias ‘royal’, con unas dimensiones que suelen extenderse entre los dos y tres metros de longitud, por lo que suelen casar con el largo de la cola o sobrepasarlo. Pueden ser de una sola capa, o de dos, en este último caso a la capa larga se incorpora otra mucho más corta, utilizada para tapar el rostro.

El velo capilla sería el inmediatamente posterior al tipo catedral. Estos son ligeramente más cortos y combinan mejor con vestidos de novia con la cola menos larga. En este caso también puede utilizarse como antaño, cubriendo la cara de la novia hasta casi el final de la ceremonia, o bien dejando el rostro al descubierto. En esta última opción el velo puede ir prendido por encima del peinado, prendido por una tiara o diadema, o por debajo de este, fluyendo suavemente por la espalda y dejando entrever el recogido.

Velos medianos

Al contrario que los velos más largos, los medianos suelen utilizarse en vestidos más desenfadados y resultan una opción muy chic y diferente, que combinan muy bien con trajes más modernos.

En el caso del velo tipo vals o ‘waltz’, confiere una imagen más tradicional y clásica a la novia, son velos de una sola caída que recorre el vestido hasta casi los tobillos. Su nombre está inspirado por la comodidad que transmite a la novia, especialmente a la hora de bailar el vals. La forma más común de llevar este tipo de velo es enganchado a un moño bajo, acompañado de una bonita joya.

La mantilla también entraría en esta categoría, unas piezas espectaculares por sus bordados artesanales que añaden al traje de novia un aire castizo.

Velos cortos

Los velos tipo ‘blusher’, que no sobrepasan el largo de los hombros, generalmente están hechos en tul y tienen referencias ‘vintage’ remontadas a la década de los años 20. También encontramos los velos jaula o ‘birdcage’, que suelen ser aún más cortos, por lo que suelen combinarse con un bonito tocado, y pueden encontrar de tul o redecilla. Se trata de velos muy coquetos y muy fáciles de quitar y poner, algo muy cómodo para la novia.

Otro modelo de velo corto que está ganando terreno son los velos antifaz y tela de red, casi más cerca de ser un tocado que un velo. Estos se extienden de un lado a otro de la cabeza como una especie de diadema de novia, o es sujetado por dos ganchillos.

Tocados para novias con estilo

Frente a la elegancia y clacisismo que despiertan los velos, los tocados aportan a las novias frescura, juventud y mucho estilo.

Los tocados son una pieza clave en una novia, ya que aportan elegancia y potencial el look elegido para este inolvidable día. Es el elemento clave para definir nuestro estilo y no sentirse una novia en serie.

Elige según el tipo de vestido

Si te has decantado por un vestido con una forma más lineal, y quieres que el tocado refuerce aún más el estilo sobrio del vestido, opta por una diadema simple o tocado más minimalista. Si lo que quieres es conseguir un contraste que le dé un toque menos serio al look y más romántico, elige un tocado floral, preferiblemente acabados en punta para no desentonar con la línea del vestido.

Si por el contrario tu vestido es de formas curvas, pero sencillo, los tocados curvos y florares quedarán genial, pudiendo llevar uno grande y recargado. Pero si el vestido es recargado, mejor elegir un tocado más ligero, sea floral o lineal.

Es importante, para conseguir un look en sintonía, que el estilo del tocado no dicte mucho del del vestido. Por ejemplo, puede ser un error que tras escoger un vestido muy clásico y elegante, queramos conjuntarlo con una diadema bohemia de flores (estas son preciosas, pero mejor dejarlas para vestidos más vaporosos).
No olvidemos que los velos son totalmente compatibles con los tocados y diademas, de hecho, los velos tan sólo se llevarán en el momento de la ceremonia, por lo que al quitarse este, todo el protagonismo pasará al tocado.