El más de dos millones de turistas que cada año visitan Granada corroboran que la ciudad de las tres culturas es un lugar de ensueño. Granada es una ciudad que embruja no solo a sus habitantes sino también a esos curiosos que tienen la suerte de recorrer sus calles, unas calles que cuentan miles de historias. Es más que habitual ver a dichos turistas fotografiándose en barrios históricos como el Albaycín, el Sacromonte o en la Alhambra, el monumento estrella de la capital. Sin embargo, cada vez con mayor frecuencia la ciudad no se convierte en un lugar de paso, sino en una oportunidad perfecta para dar el ‘sí quiero’. Ya sea verano o invierno, la capital ofrece un sinfín de parajes con encanto que justifican el centenar de kilómetros recorridos para celebrar el enlace. Granada se puede convertir en la ciudad ideal para ese maravilloso día no solo por esconder zonas de increíble valor histórico y artístico, sino también por albergar zonas de gran riqueza gastronómica y una oferta de ocio interminable.

Una vez tomada la decisión de elegir Granada para el gran día, es la hora de pensar en el lugar donde se celebrará la ceremonia. Frente al matrimonio por lo civil, para aquellas parejas que desean contraer matrimonio en un altar, la localidad presenta una gran cantidad de iglesias que por su belleza monumental o por tradición pueden ser perfectas para los novios. Desde basílicas en pleno centro de la ciudad con la multitud como testigo, hasta iglesias más íntimas al aire libre a los mismos pies de la Alhambra. Para la celebración y el banquete de boda, la lista de opciones es interminable. Palacetes, hoteles, restaurantes y complejos, casi todos ellos espacios únicos con vistas panorámicas a las zonas con mayor encanto de Granada, acompañados de jardines y un entorno excepcional que proporcionará al enlace un toque de exclusividad. Además, para los de mayor aguante, en la ciudad se puede disfrutar de multitud de locales que permitirán a los invitados poder continuar la celebración en un ambiente más que apropiado.

Por otra parte, otras de las decisiones a las que se enfrentan los turistas cuando eligen Granada como destino, es optar por seguir las costumbres propias de los novios o adoptar las tradiciones al más estilo español. El típico baño de arroz a la salida de la ceremonia, así como el atuendo de los novios y la colocación del anillo de compromiso, son los hábitos más seguidos por las parejas. Y por supuesto, un banquete con la comida y productos más representativos de la cultura andaluza y granadina.

En definitiva, Granada es una ciudad que ofrece mil y una alternativas que permiten que la ciudad esté cada vez más presente en la celebración de bodas de todos los estilos. Pero, además, la ciudad no solo sobresale como destino de bodas, sino que además atrae las miradas de los recién casados que desean disfrutar de una inigualable luna de miel. La cuestión no es por qué casarse en Granada, sino más bien preguntarse ¿cómo no te vas a casar en Granada?