Cuidar hasta el mínimo detalle para conseguir una boda perfecta y personalizada es toda una tendencia que cada vez pisa con más fuerza. Las mesas en las que los invitados disfrutarán del menú de boda serán uno de los lugares en los que más tiempo pasen, por eso es importante que estas también sorprendan y agraden a nuestros amigos y familiares. Desde su decoración, hasta el nombre por el que los invitados sepan cuál le corresponde a cada uno; una mesa nunca ha dado tanto de que hablar.

El nombre de las mesas pueden dar mucho juego a la decoración, pero como siempre, es importante definir el estilo o temática de la boda. Una vez planteado el estilo, elegir los nombres se convertirá en todo un juego para los novios. ¿Que la boda va de cine? Podéis poner los nombres de vuestros actores o películas favoritas. ¿Que vuestra pasión es la música? Podéis nombrar cada mesa con un cantante, canción o género musical, incluso que el marcador tenga forma de vinilo.

Para los amantes de los viajes, las mesas pueden nombrarse con las fases de la luna de miel o de las ciudades que más interés despierten en los novios, colocando las mesas sobre un mapa del mundo. Y para las parejas que adoran la literatura, las mesas pueden ser nombradas con el título de sus novelas o escritores favoritos. Podemos inspirarnos en el mundo de Harry Potter o Star Wars y dejar a todos alucinados, o presentar en cada mesa una temática diferente, dando, además, un libro a cada invitado. Lo importante es que la opción elegida exprese alguna pasión que los novios quieran compartir con quienes van a participar en uno de los días más importantes de sus vidas y que cada detalle deje un recuerde imborrable en todos ellos.

Lo clásico nunca pasa de moda

Si en cambio se opta por una denominación más sencilla y clásica, los números siempre son una buena opción. Además, si se quiere hacer algo más especial y diferente pueden escribirse con carácter romano o estar escritos con letras especiales. El lugar donde se coloquen estos también puede dar a la mesa un toque de magia y distinción. Por ejemplo, se puede conseguir un aire ‘vintage’ colocando los números en la portada de libros antiguos, de metal sobre una tabla de madera o pintados sobre yute y colocados en un bloque de madera. Para las parejas más románticas, la numeración puede ir impresa sobre bonitas fotografías de los novios o en las que estos sujeten un cartel con el número indicado. Colocar el número en el cristal de un marco o dibujado a mano sobre papel también resulta una alternativa muy elegante y económica. Y si se quiere una boda con un toque ‘friki’, pueden construirse números con piezas de lego o de Scrabble. Una idea que enamorará a más de una pareja es colocar los números en libros de firmas que se encuentren colocados de pie y en los que los invitados que se sienten en cada mesa podrán plasmar sus mejores deseos para la pareja. Pero las numeraciones pueden ser mucho más que eso, pueden convertirse en el ‘souvenirs’ de los invitados si se sitúan, por ejemplo, en botellas de vino o en pequeñas macetas.

Los centros de mesa también pueden ser el mejor soporte para colocar la numeración. Desde el centro más clásico de bonitas flores, donde el número puede colocarse en un cartelito o dibujado en un cubierto que salga de él, hasta pintarlo en un bonito y romántico centro de bonitas velas o sencillos y finos floreros hechos a mano.